“Evidencia científica sobre el manejo de Omega 3 en pediatría”
En proporción a la cada vez mayor ingesta, del paciente, de ácidos grasos omega-3 han ido en aumento los estudios con ácidos grasos omega-3 que avalan su importancia en beneficio de la salud. Es por ello que cada vez será más necesario que el farmacéutico comunitario, como profesional sanitario, se encuentre ante una avalancha de consultas de los pacientes relacionadas con los omega, que debe resolver apoyándose en la amplia evidencia científica y bibliográfica existente en los diferentes ámbitos de aplicación terapéutica.
El farmacéutico debe resolver cualquier consulta relacionada con los ácidos grasos. En la puesta al día en este tema tan de actualidad, como son los ácidos grasos omega 3, se han de repasar las evidencias científicas y la bibliografía existente en los diferentes ámbitos de aplicación terapéutica en el manejo de los omega-3 en la farmacia comunitaria.
Mediante esta ponencia se pretende comunicar al paciente los beneficios de los Omega 3 en los diferentes ámbitos de aplicación terapéutica. La sensibilización sobre la importancia de aumentar las cantidades de omega 3, especialmente en relación actual respecto a la ingesta de omega 6, hace que los conocimientos de los alimentos que aportan cada unos de estos ácidos grasos esenciales sea cada vez más necesaria y que los aportes que no se puedan cubrir con la dieta lo sean con productos debidamente elaborados y en las proporciones correctas según los casos.
Por todo ello es importante conseguir los niveles adecuados de omega-3 desde el inicio de la vida, es decir cuando la mujer embarazada debe alimentarse correctamente, para que el feto reciba los aportes de omega-3 adecuados durante su desarrollo embrionario. Tras el nacimiento, durante el período de lactancia, la ingesta de omega-3 por parte de la madre será fundamental para aportar el recién nacido este nutriente tan esencial para el desarrollo correcto de su organismo.
Posteriormente, cuando termina la lactancia, el niño debe recibir en su alimentación diaria los aportes adecuados, con una dieta equilibrada, de alimentos que le aporten las cantidades necesarias de omega-3 para su correcto desarrollo.
Hay estudios científicos de efectos beneficiosos en niños de los ácidos grasos omega 3 para el desarrollo neurológico, el crecimiento y la visión del recién nacido y en enfermedades tan variadas como la dermatitis atópica, la dificultad respiratoria aguda, dislexia y autismo, entre otros. También son muy conocidos los efectos generales en la población adulta sobre la protección cardiovascular, la disminución de los triglicéridos en plasma, así como en menor medida del colesterol. La prevención de trombosis, agregación leucocitaria, disminución de la placa de ateroma, de infartos de miocardio y arritmias, mejora la resistencia a la insulina y la consiguiente ayuda al control de la diabetes, en el tratamiento y la prevención de la obesidad, además de la actividad de los omega-3 sobre la inflamación y protección de articulaciones. Para la formación de la leche materna, problemas derivados de la menstruación o sofocos en la menopausia, así como es necesario para el crecimiento y desarrollo de todos los tejidos.
Por todo ello está justificada esta ponencia, en la que se intentará explicar, con evidencias científicas, que desde el primer momento de vida, cuidando ya de la madre embarazada, toda la vida del niño, que éste reciba los aportes necesarios de ácidos grasos omega 3, para garantizar su salud durante la etapa de crecimiento.
Dr. José Antonio Gómez Martínez